La historia de Escabeches Tío Nicasio (Aragón)

EL  CORRAL DEL TÍO NICASIO

En una pequeña sala contigua a su obrador, los hermanos Alberto e Ignacio Sancho empiezan a contarnos la historia de Nicasio Navarro. “Era conocido por amigos y vecinos como el Tío Nicasio. Nacido en Castejón de Valdejasa en 1880, en la Comarca de las Cinco Villas, zona agrícola y ganadera. Su extraordinario carácter y popularidad en el pueblo hace que, ante la falta de descendientes varones, el pueblo mantenga el apodo de “Nicasio” a la familia que su hija forma con el casadero Sancho.”

“Como tantos padres del medio rural, los nuestros se dejaron la piel para que pudiéramos tener una alternativa a la vida del campo. Trabajamos en ingeniería y electrónica respectivamente durante años pero, tras un tiempo dándole vueltas, en 2013 nos decidimos y montamos un obrador de escabeches en el antiguo Corral del Tío Nicasio. Queríamos mantener la receta familiar del escabeche y del pueblo de escabechado. Nosotros mismos participamos en el diseño de las máquinas que nos facilitan un proceso laborioso y artesano.”

“El escabeche surgió de forma natural para conservar la caza cuando no existía la nevera. Tiene siglos de tradición en la Comarca, y tras 13 años, la Feria del Conejo Escabechado de Castejón fue declarada Fiesta de Interés Popular”, cuenta Ignacio con voz de orgullo.

“Elaboramos conejo, perdiz, codorniz, ternasco de Aragón D.O. y pollo, todo sin conservantes ni colorantes. Usamos hierbas y especias de la zona (romero, tomillo, laurel y ajo), vinagre de vino tinto y aceite de oliva virgen extra de la almazara de Sierra de la Luna, en la que la familia participa desde su fundación".

“Nos hemos preocupado también de que el empaquetado sea cómodo, y casi todas nuestras elaboraciones están disponibles en bolsas al vacío unitarias, para que el aprovechamiento y conservación sea mejor. ¡Supongo que aquí sale el ingeniero que llevo dentro, que también tuvo su etapa de estudiante comodón!”, comenta Alberto con voz divertida.

Su receta tiene personalidad. Dentro de un pueblo escabechero, la receta de su familia es diferente y, curiosamente, su suavidad hace que hasta los que no son muy amantes del escabeche se sorprendan y aplaudan. Digno de mención es el ternasco de Aragón D.O.: su sabor fuerte, matizado por un escabeche suave, deja bocas abiertas. “En 5 minutos al horno sobre una cama de patatas parece una receta realmente elaborada. ¡Así enamoré a mi mujer!”, dice Ignacio.

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